El destino ha redefinido la relación entre la metrópoli moderna y el entorno natural, ofreciendo una armonía entre la vitalidad urbana y las Montañas Rocallosas.
La capital de Colorado es la puerta de acceso a paisajes imponentes, destacando la cercanía al Rocky Mountain National Park. A través de rutas escénicas que serpentean entre cañones y praderas, el silencio de los lagos alpinos invita a un contacto profundo con lo esencial.
Lo que realmente distingue a Denver es su habilidad para integrar lo natural en el corazón urbano. Los Jardines Botánicos de Denver actúan como un refugio de serenidad, mientras el río South Platte permite experiencias únicas, como remar en kayak con el skyline al fondo.
Denver también es un referente de sostenibilidad tangible. Hoteles de vanguardia como el Populus Hotel y el Source Hotel han sido diseñados bajo certificaciones LEED, empleando materiales reciclados y sistemas de ahorro de agua y energía.
La escena gastronómica se suma con modelos de agricultura urbana, incluyendo cultivos en azoteas y granjas verticales, además de participar en iniciativas contra el desperdicio de alimentos como Cero Huella Alimentaria.
En materia de movilidad, los viajeros pueden optar por transporte sustentable, desde el tren A Line que conecta el aeropuerto hasta redes de tranvías ligeros y servicios de bici-taxis.
Acreditado por la Association of Zoos and Aquariums, el Zoológico de Denver es un ejemplo de compromiso ambiental y una de las instituciones culturales más visitadas de Colorado, dedicando cerca de 2 millones de dólares anuales a programas de conservación global.
Denver ha puesto sobre la mesa el ejemplo de cómo una ciudad puede ofrecer bienestar e inspirar mediante su compromiso con la sostenibilidad. Para los viajeros, es la oportunidad de disfrutar de experiencias de primer nivel sin renunciar al contacto con la Tierra.
