Entre finales de agosto y principios de octubre, los viajeros pueden presenciar uno de los fenómenos naturales más impresionantes del mundo: las auroras boreales.
Cielos iluminados en tonos verdes y rojizos danzan sobre un paisaje salvaje cubierto de cálidos colores otoñales, convirtiendo a este destino en una experiencia inolvidable.
La capital, Whitehorse, es el epicentro de este espectáculo nocturno que suele extenderse de las 10 de la noche hasta las 3 de la madrugada.
Ver las auroras reflejadas en los lagos es un momento que, para apreciarlo al máximo, se recomienda vivir con guías expertos como Yukon Home and Tour y Northern Tales.
Un consejo que no está de más es descargar herramientas como la aplicación My Aurora Forecast, las cuales facilitan la planificación para no perderse el fenómeno.
Sin embargo, el encanto de Yukón no se limita al cielo. El Parque Nacional Kluane, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, ofrece escenarios naturales que invitan a la aventura.
El pico más alto de Canadá, el Mount Logan, y una vasta red de senderos que van desde paseos tranquilos junto al lago Kathleen hasta desafiantes ascensos con vistas a glaciares, complementan la oferta visual y natural que encanta a los visitantes.
La expedición de tres días al glaciar Kluane representa una experiencia sin comparación. Este sitio, considerado uno de los campos de hielo no polares más grandes del planeta, permite a los visitantes caminar entre glaciares, picos nevados y valles inmensos.
Guiados por expertos certificados de la Association of Canadian Mountain Guide, los viajeros se adentran en un entorno casi intacto, donde la naturaleza impone su grandeza y el silencio se convierte en parte esencial del recorrido.
