Hoy, los viajeros buscan actividades que vayan más allá del hospedaje tradicional, abriendo nuevas oportunidades para los agentes de viajes que buscan diferenciarse.
Escapadas en solitario, viajes familiares, retiros de bienestar y combinaciones de trabajo y placer reflejan la diversidad de intereses actuales. En este contexto, las rentas vacacionales se han convertido en una alternativa que permite a los viajeros sumergirse en la vida local.
La clave para los agentes de viajes no está únicamente en sumar opciones a su portafolio, sino en saber identificar cuándo recomendar hoteles y cuándo una renta vacacional.
Por ejemplo, las estancias prolongadas y los viajes familiares resultan más cómodos en un alojamiento completo, donde compartir el espacio propicia la convivencia.
Datos recientes respaldan esta tendencia: casi el 50% de los viajeros señala que hospedarse en un entorno hogareño mejora el tiempo de calidad con sus seres queridos, mientras que el 62% asegura que este tipo de experiencias reduce el estrés y la ansiedad.
El valor del agente radica en guiar a los clientes en el proceso, ya que reservar una renta vacacional difiere de un hotel: desde la coordinación directa con anfitriones para el check-in hasta la ausencia de limpieza diaria.
Más de la mitad (56%) de los viajeros en Estados Unidos afirman ser fieles a los agentes que comprenden sus necesidades, y el 37% en todo el mundo menciona la capacidad de encontrar el hospedaje ideal como la razón principal para seguir recurriendo a sus servicios.
En un sector turístico en constante evolución, incluir rentas vacacionales en la oferta de los agentes no solo satisface la creciente demanda de personalización, sino que fortalece la relación a largo plazo con los clientes.
Ya sea en la playa, un chalet o un apartamento en la ciudad, cada recomendación bien pensada representa no solo un viaje exitoso, sino también una oportunidad para que los agentes consoliden su relevancia y garanticen el éxito de su negocio en los próximos años.
