Junio transforma las ciudades en escaparates de libertad, arte y celebración. Desde capitales creativas hasta ciudades junto al mar, el Pride Month se vive con estilo alrededor del mundo.
Mykonos – Grecia
Con fiestas frente al mar, clubes de playa llenos de energía y una vibra libre que se siente en cada rincón, Mykonos es uno de los destinos LGBTQ+ más icónicos del mundo. El Pride se vive como una celebración constante: espontánea, desinhibida y con el mar Egeo de fondo. Cada día es una invitación a vivir sin etiquetas, con música y libertad absoluta.
CDMX – México
El desfile del orgullo en Ciudad de México es uno de los más multitudinarios de América Latina, con cientos de miles de asistentes que toman Paseo de la Reforma en una marcha colorida y diversa. La ciudad se convierte en un circuito de arte, moda y cultura queer, demostrando que el Pride también se vive a través del diseño, la creatividad y la comunidad.
Miami – Estados Unidos
Durante junio, Miami se transforma en una pasarela de diversidad. El Wynwood Pride mezcla arte urbano, música en vivo y activismo en el barrio más ecléctico, donde los murales cuentan historias de libertad e identidad. En Brickell, distrito financiero con alma creativa y hogar del icónico EAST Miami, el Pride adquiere una estética más sofisticada: rooftops con DJs, cócteles, gastronomía y fiesta. Aquí, la celebración se vive con luz propia.
Lisboa – Portugal
Durante junio, un desfile recorre la emblemática Avenida da Liberdade hasta la Plaza del Comercio, acompañado por música, colores y manifestaciones culturales. Pero lo mejor sucede después: fiestas en antiguos palacetes, shows de drag en teatros históricos, y bares escondidos que celebran el presente sin dejar de lado la historia. La ciudad oscila entre lo clásico y lo contemporáneo, y su Pride refleja esa dualidad con elegancia y espontaneidad.


Nueva York – Estados Unidos
El Pride de Nueva York es historia viva. Cuna del movimiento LGBTQ+ moderno, el NYC Pride es una experiencia emocional, intensa y profundamente simbólica. Desde el desfile que recorre Manhattan hasta las activaciones culturales en Brooklyn, y fiestas que duran hasta el amanecer, la ciudad se convierte en un mosaico de voces, colores y memorias. Aquí, el orgullo se vive como una celebración y como una declaración.