Madrid implementa nuevas normativas para la entrada de turistas y regula cada vez más restrictivamente el alquiler de alojamientos temporales. En paralelo, varios destinos aumentan las tasas turísticas. Estas medidas buscan frenar el sobreturismo.
A partir de este año, los turistas que ingresen a España deben cumplir con nuevas exigencias, especialmente aquellos provenientes de países fuera de la Unión Europea. Entre los principales cambios, se establece que todos los visitantes deberán contar con un pasaporte válido por al menos tres meses después de la fecha prevista de salida, sin importar la duración de la estadía. Además, es obligatorio presentar un seguro de viaje al ingresar al país, y contar con una reserva de hotel y un pasaje de regreso. Los turistas deberán demostrar que disponen de fondos suficientes para cubrir su estadía y, en caso de alojarse en una propiedad privada, tendrán que presentar la documentación que acredite la dirección del inmueble. Aquellos que se hospeden con amigos o familiares deberán presentar una carta de invitación emitida por su anfitrión.
El gobierno español endurece al mismo tiempo las reglas para los alquileres de corta duración, especialmente en plataformas como Airbnb. Los propietarios que deseen alquilar sus inmuebles deberán registrarse en un banco de datos nacional y obtener una autorización antes de publicarlos en plataformas de reservas. Además, estarán obligados a recopilar información personal y bancaria de los huéspedes. Algunas ciudades han tomado medidas más drásticas. Barcelona anunció que no renovará licencias para alquileres de corto plazo y espera eliminarlos completamente para 2028. En Málaga, se han identificado 43 barrios donde los alojamientos temporales superan el 8 % del total de viviendas, por lo que ya no se permitirá registrar nuevas propiedades con este fin. A nivel fiscal, se ha propuesto aumentar el IVA para los alquileres turísticos hasta igualarlo al 10 % que pagan los hoteles.
Desde 2012, España aplica impuestos turísticos, pero en 2025 varias regiones han aumentado las tarifas para los visitantes. En Barcelona, la tasa turística ha duplicado su valor, llegando hasta 7 euros por noche en hoteles de lujo, mientras que los alojamientos de cuatro estrellas ahora cobran 3,40 euros por noche. Los pasajeros de cruceros también deberán pagar una tarifa de 6 euros, aunque solo estén en la ciudad por unas horas. Además, la capital catalana aplica un recargo municipal de 4 euros por noche, que podría duplicarse en 2025, elevando la tasa total para los hoteles de lujo a 15 euros por noche.
En otros destinos turísticos como Mallorca, Ibiza y Menorca, la tasa de pernocte se incrementó de 4 a 6 euros por persona y noche, con precios más altos en temporada alta (junio, julio y agosto) y en hoteles de mayor categoría. Por su parte, las Islas Canarias están evaluando la introducción de un impuesto turístico, tras varias protestas ciudadanas. Además, otras ciudades como Santiago de Compostela y Toledo han anunciado nuevas tasas de entre 1 y 2,50 euros por persona y noche a partir de 2025.
Con un récord de 94 millones de turistas en 2024, España busca controlar la masificación turística y proteger la calidad de vida de sus ciudadanos. Las nuevas regulaciones podrían reducir la demanda de alquileres temporales, encarecer las estadías y hacer que los viajeros reconsideren sus planes antes de visitar el país.