Durante la temporada decembrina, los Pueblos Mágicos de Guanajuato se convierten en escenarios idílicos para vivir la magia del fin de año.
Con un encanto que va desde su arquitectura colonial hasta sus interesantes tradiciones culturales, estos destinos ofrecen una conexión íntima con la esencia del estado.
Comonfort: Arte y tradición
Conocido también como San Francisco de Chamacuero, Comonfort es un lugar donde la tradición artesanal brilla intensamente. Durante invierno, este Pueblo Mágico cobra vida con sus mercados llenos de artesanías, entre las que destacan los famosos molcajetes. Estos utensilios, reflejan la creatividad y el legado de los artesanos locales.
Dolores Hidalgo CIN (Cuna Nacional de la Independencia): Historia y Sabor
Dolores Hidalgo CIN, conocido como “El lugar donde México comenzó,” es el sitio perfecto para redescubrir la historia patria. Sus calles y plazas se llenan de luz y alegría durante la temporada de navidad y fin de año, mientras que su arquitectura colonial enamora.
Visitar la Casa Museo José Alfredo Jiménez y el Museo Histórico Curato de Dolores, presenta datos sobre las figuras que hicieron la independencia del país. Los amantes del dulce, no pueden perderse las tradicionales nieves de Dolores, disponibles en sabores tan exóticos como tequila o aguacate, una experiencia gastronómica que merece vivirse.
Jalpa de Cánovas: Tranquilidad y Belleza
En este Pueblo Mágico, conocido como “El Granero de México”, los visitantes hallarán extensos paisajes naturales y un gran encanto provincial, lo cual sin dudas los desconectará de la ciudad y las actividades cotidianas.
A lo largo de la temporada navideña, sus calles y monumentos históricos, como el Templo del Señor de la Misericordia y la Hacienda de Jalpa, se iluminan con decoraciones que realzan su belleza arquitectónica.
Mineral de Pozos: Nostalgia y Exclusividad
Mineral de Pozos, conocido como “pueblo fantasma,” ofrece una experiencia única y con mucho encanto durante fin de año. Este destino transporta al pasado con sus haciendas y minas en ruinas que evocan años de bonanza e invitan a viajar en el tiempo.
Si bien este Pueblo Mágico tiene un gran rastro de su pasado minero, también es cierto que la modernidad y el confort pueden vivirse en sus exclusivos hoteles boutique, que sin duda permiten desconectarse del bullicio y sumergirse en la tranquilidad.
Salvatierra: Espiritualidad y Arquitectura
Durante diciembre, sus templos y conventos, como el de las Carmelitas Descalzas y las Capuchinas, se convierten en escenarios de celebraciones religiosas que reflejan la devoción de sus habitantes. La arquitectura colonial y la calidez de la gente hacen de Salvatierra un destino inolvidable para las fiestas decembrinas. Un imperdible gastronómico son las “largas”, tortillas alargadas que se rellenan de diversos guisados típicos de la región.
Yuriria: Naturaleza y Cultura
Finalmente, Yuriria es un lugar donde la naturaleza y la cultura convergen de manera espectacular. Su laguna artificial, la primera obra hidráulica en América Latina, y el imponente Convento Fortaleza son dos de sus mayores atractivos.
Durante las fiestas de invierno, Yuriria se llena de colores y actividades que celebran tanto la historia como las tradiciones locales. A lo largo de su malecón, su comunidad invita a turistas y locales a disfrutar de un ambiente de alegría y unión.