En Nueva York, un proyecto de ley podría restablecer algunos de los alojamientos tipo Airbnb prohibidos en la ciudad desde otoño de 2023. Mientras que en Florencia, en Italia, las autoridades municipales estiman que se debe adoptar una postura firme frente a los alquileres de corta duración en el centro histórico. Más y menos… un repaso entre las posturas de dos destinos globales que marcan tendencias.
Hace tan solo un año, el Ayuntamiento de Nueva York había adoptado una ley tan restrictiva para los alquileres de tipo Airbnb, que selló prácticamente el fin de esta oferta, que llegó a ser la más voluminosa del planeta. Pero ¡surprise! unos miembros del mismo Ayuntamiento acaban de presentar un proyecto de ley (nº 1107) que volvería ampliaría los alquileres de corta, beneficiando en este caso a los propietarios de viviendas unifamiliares y bifamiliares.
Si esta iniciativa prospera, será un golpe para la Ley Local 18 de Nueva York, que prohíbe los alquileres a corto plazo de viviendas enteras desde septiembre de 2023. En la actualidad, solo siguen autorizados los alojamientos tipo bed and breakfast y los alquileres de larga duración (de 30 días o más). En menos de un año, la oferta publicada en Airbnb y otras plataformas pasó de 22.246 en agosto de 2023 a 4.000 en mayo de 2024. La legislación erradicó un 82 % de las publicaciones.
Demasiado drástica y muy controvertida, la medida podría ser suavizada por el proyecto de ley 1107. Se quiere ahora permitir a los propietarios de viviendas unifamiliares y bifamiliares convertirlas en alojamientos turísticos amueblados, sin tener que estar presentes durante la estancia de sus huéspedes. También podrían alojar hasta 4 adultos (en lugar de 2 adultos y sus hijos actualmente).
Un comunicado de Airbnb celebró esta noticia, por supuesto: “Los cambios propuestos a la ley de alquileres de corta duración de Nueva York son un paso positivo para ayudar a los propietarios a obtener ingresos adicionales mientras están fuera de la ciudad y hacerla más accesible a los viajeros”. Sin embargo, los representantes legales de la plataforma saben que las deliberaciones serán arduas y largas y que los hoteleros van a hacer mucho lobby en su contra.
Este cambio de postura en el Ayuntamiento no tiene solamente matices turísticos: al fin y al cabo, la Ley Local 18 no ayudó en aliviar la actual crisis inmobiliaria en la Gran Manzana y los alquileres hasta subieron un 3,4 % durante los 11 primeros meses de aplicación de la ley. Al mismo tiempo, los precios de las habitaciones de hotel se han disparado un 7,4 % en un año. Algunos profesionales del sector turístico alertan que “Nueva York se está convirtiendo en un destino complicado al que ya no van los que tienen menos poder adquisitivo”.
Mientras tanto en la joya de Italia
Si bien no está marcada por el sobreturismo como lo es Venecia, la capital de la Toscana sufre también de un exceso de visitas. Y allá también Airbnb y similares están señalados como potenciales responsables del costado negativo del turismo. El consejal Jacopo Vicini explicó a la prensa italiana que la ciudad debe adoptar una postura firme contra los alquileres de corta duración en su centro histórico. En esto citó el ejemplo de Nueva York con su Ley Local 18, pero integra esta limitación dentro de un plan de 10 puntos para salvar la bella Florencia del sobreturismo.
El concejal declaró: “Los alquileres de corta duración han tenido un impacto muy significativo en el coste y la disponibilidad de viviendas locales. Cuando eliminas a los residentes de larga duración, eliminas los clientes para las pequeñas tiendas y negocios en el vecindario inmediato”. Hay que saber que los alquileres se han disparado un 700 % para los locales entre el 2019 y ahora, en la zona de Florencia protegida por la UNESCO.
Una nueva ley nacional que entró en vigor el 2 de noviembre, los propietarios de alquileres de corta duración en Italia deben registrarse en su ayuntamiento y exhibir un código nacional de identificación (CIN) en el exterior de su edificio. Además, en Florencia se prohibieron las cajas con cerradura para las llaves, muy utilizadas por anfitriones y huéspedes. Desde principios de este año, la carga impositiva es mayor sobre los propietarios que alquilan más de una vivienda a corto plazo, pasando del 21 al 26 %.
El plan de 10 puntos que mencionó Jacopo Vicini prevé -entre otros- una mayor colaboración con las principales agencias de viajes en línea, la limitación del uso de “vehículos turísticos atípicos” o la prohibición de amplificadores de voz (muy utilizados por los guías turísticos). Al mismo tiempo, se prohiben nuevas ofertas y se quiere alcanzar una repartición más equilibrada del turismo en la ciudad. El consejal concluyó que “Florencia es una ciudad de 100 kilómetros cuadrados, pero el área de la Unesco es de solo cinco kilómetros cuadrados, así que se puede entender por qué hay una percepción de niveles muy altos de turismo en el centro, porque el 95 % de las visitas turísticas a nuestra ciudad se concentran en ese pequeño centro histórico”.