Situado en el corazón de Lisboa, entre los barrios de Chiado, Bairro Alto y Príncipe Real, frente al Mirador de São Pedro de Alcântara y el tranvía Glória, Palacio Ludovice es un elegante edificio histórico que permite a los visitantes explorar una parte de la historia y la tradición de la ciudad.
El palacio fue construido por João Frederico Ludovice, un arquitecto y escultor alemán que trabajó para el rey João V. Ludovice llegó a Portugal alrededor de 1700 y se estableció en Lisboa, donde desarrolló gran parte de su carrera. Fue uno de los más prominentes de su tiempo en Portugal y desempeñó un papel fundamental en la definición del estilo arquitectónico barroco en el país.
Este recinto, fue construido para ser su residencia privada y está estrechamente ligado a la historia de la ciudad por otra razón: sobrevivió al devastador terremoto de Lisboa, un evento sísmico catastrófico que tuvo lugar en 1755.
Ocupando una manzana entera, el edificio se erige con una imponente fachada desarrollada en 5 plantas. En su interior, los visitantes pueden ver paredes de azulejos blancos y azules del siglo XVIII, una capilla con símbolos masónicos, salones palaciegos y una majestuosa escalera.
A lo largo de sus más de 300 años, el palacio tuvo otros usos, por ejemplo, a partir de 1945 fue la casa de Solar do Vinho do Porto quedando ligado así a la larga tradición vinícola de la ciudad.
Más tarde, el Palacio Ludovice fue reconvertido a hotel, sus habitaciones y salones volvieron a la vida reconvertidos en 61 habitaciones y suites, transformadas bajo la dirección del arquitecto portugués Miguel Câncio Martin, reconocido por hoteles como la Quinta da Comporta en Portugal.
Hoy en día se pueden vivir experiencias únicas en su interior: ya sea alojarse en un palacio, probar una experiencia gastronómica icónica en el restaurante Federico, una cata de vinos seleccionados en el Porto Wine Institute, o regalarse un lujoso tratamiento de bienestar con vid en Caudalie.