Delta Air Lines cumple 65 años de operaciones en México. Era el año 1957 cuando la predecesora de Delta Air Lines, Western Airlines, aterrizó por primera vez en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con un avión DC-6B de cuatro motores, cabina presurizada con aire acondicionado y volaba a 12,400 pies de altura.
Mucho ha cambiado en los últimos 65 años: la era del jet redujo los tiempos de vuelo a casi la mitad e introdujo un viaje más cómodo con menos vibraciones en la cabina, Western Airlines se fusionó con Delta Air Lines en 1987, y Delta se expandió para dar servicio a los principales destinos de negocios y de playa de México.
En la actualidad, Delta opera diariamente entre México y Estados Unidos con aviones modernos, eficientes y de última generación, equipados con servicio de First Class, Delta Comfort+ y Main Cabin, con opciones de comida y bebida diseñadas para satisfacer las cambiantes preferencias de los clientes.
Algo que no ha cambiado es el compromiso de Delta con México, como ejemplo; la aerolínea ha invertido en el mercado al forjar un Acuerdo de Cooperación Conjunta (JCA) con Aeroméxico en 2017, conectando las redes de las compañías entre los dos países y aumentando las oportunidades de vuelo para más de 28 millones de clientes, el equivalente a las poblaciones de la Ciudad de México, Nuevo León, Querétaro, Jalisco y Yucatán juntas.
Hoy, Delta y Aeroméxico ofrecen 17 rutas entre la Ciudad de México y Estados Unidos, incluyendo 35 vuelos semanales desde Los Ángeles, 28 vuelos semanales desde Nueva York, junto con el servicio entre otros mercados transfronterizos importantes, como California, Texas y Florida, con un total de 40 vuelos diarios.