Luego de reportarse un total de 26 casos en Chaoyang, Beijing dispuso el lunes pasado un testeo masivo hacia los 3.500.000 residentes del distrito -el más populoso de la ciudad-, generando preocupación de que la capital china enfrente una situación similar a la de Shanghái, donde 25 millones de personas tienen que confinarse desde hace semanas, de acuerdo a los datos publicados por la agencia de noticias AFP en las últimas horas.
El anuncio gubernamental generó pánico entre los habitantes de Beijing, quienes se dirigieron a abastecerse de víveres a los supermercados para enfrentar una posible cuarentena total.
Las medidas generaron un desplome en el CSI 300 (índice que comprende los 300 principales papeles de las bolsas de Shanghái y Shenzhen) de 4,94%, la peor jornada desde febrero de 2020, mientras que el yuan se devaluó a su nivel más bajo desde hace 17 meses por el temor a que se generen fugas de capitales.
Por su parte, el sentimiento negativo se extiende al petróleo que registraba desplomes del 4,43% y del 4,41%, en el caso de los barriles WTI y Brent, los cuales, alcanzaban hasta hace unos días un valor de US$ 97,65 y US$ 101,95 el barril, respectivamente.
La demanda china de algunos combustibles (como la gasolina, el gasoil y el combustible para aviones) ya cayó un 20% anual este mes, según fuentes del Ministerio de Energía chino.