Favorito entre los viajeros por su cultura, tradiciones y arte, San Miguel de Allende es también un destino reconocido por sus exclusivos hoteles boutique, mismos que están listos para recibir a los visitantes con el máximo confort y elegancia en estas vacaciones de semana santa.
Con servicio personalizado en un ambiente glamuroso, estos son algunos de los sitios de hospedaje que destacan por sus características únicas:
L ´Otel at Doce18 Concept House- Ubicado a unos pasos del Jardín Principal y antiguamente conocida como Casa Cohen, este histórico y lujoso espacio complace al viajero más exigente con propuestas de moda, diseño, gastronomía, arte, y diez modernas suites en la planta alta. El lugar ofrece desayuno gourmet a la carta y buffet incluido, room service, concierge 24 horas, chimenea eléctrica y amenidades artesanales de lujo, como los cojines decorativos de Hilando México hechos a mano por bordadoras de la selva de Yucatán.
Casa Misha- Este complejo de veinte habitaciones ofrece a sus huéspedes espacios elegantemente amueblados con finas antigüedades coloniales inglesas, francesas y mexicanas, entre otros muebles hechos a mano. Localizado a solo dos cuadras del histórico Jardín Principal, el hotel cuenta con una variedad de salas de estar, jardines, patios y azoteas que permiten la privacidad, la meditación, la contemplación, la relajación y la recreación.
Hotel Golpe de Vista- Este hotel boutique de lujo ofrece maravillosas vistas panorámicas a la ciudad de San Miguel de Allende. Cuenta con ocho habitaciones, dos master suites y un spa, prometiendo a los huéspedes una verdadera experiencia de relajación.
Hotel Casa Blanca 7- Un alojamiento lleno de huellas del pasado con la elegancia y la privacidad perfecta, el cual cuenta con diez suites para huéspedes en un pequeño sitio de lujo, ubicado dentro de una gran residencia de tres siglos en el corazón del histórico de San Miguel de Allende. Sus interiores están embellecidos con toques decorativos de la España morisca como tenues acordes de música de Andalucía entretejidos en una belleza elemental: alfombras bereberes, telas bordadas, finos muebles con incrustaciones, azulejos de inspiración islámica, reflejos en un espejo de Marrakech, entre otras amenidades.