Francia aprobó el pasaporte de vacunas el domingo último, que impondrá importantes restricciones sociales a las personas que no quieran inmunizarse contra la Covid, en una gestión para lograr que los casi cinco millones de personas que rechazan la vacuna opten por inocularse.

La ley sustituye el anterior pasaporte sanitario por uno basado exclusivamente en la inmunización con tres dosis o dos más certificado de recuperación de Covid. Entre los puntos claves de la normativa, se refiere a vacunados, quienes tengan una pauta de vacunación completa con tres dosis, dos dosis con un certificado negativo de la enfermedad en los últimos seis meses, o quienes dispongan de una exención médica de la vacuna, podrán entrar en lugares culturales como cines, teatros o museos. De la misma forma ocurrirá con la entrada en los grandes centros comerciales, igual que a cafés, bares, restaurantes o salas deportivas, así como en el acceso a los transportes públicos de media y larga distancia. El nuevo requisito se aplicará a partir de los 16 años. Entre los 12 y los 15 años bastará el pasaporte sanitario anterior. También aumentan las sanciones a quienes porten un pasaporte de vacunas falso, que podrán ser condenadas a un máximo de cinco años de cárcel y 75.000 euros de multa para quienes tengan varios documentos falsificados.