Desde ayer 29 de noviembre, el gobierno neerlandés estableció que todos los bares y restaurantes permanecerán cerrados durante la noche y las tiendas no esenciales bajarán las cortinas de las 5:00 p.m. a 5:00 a.m.
Se requerirán máscaras en las escuelas secundarias, y se insta a todos los que puedan, trabajar desde casa. A pesar de que el 85% de la población adulta del país está vacunada, se dice que el aumento de casos en Países Bajos es el peor de Europa Occidental. Durante la semana pasada, se registraron más de 20.000 contagios por día, lo que obligó a hospitales posponer todas las operaciones que no fueran de emergencia, incluidos los arreglos para pacientes con cáncer y enfermedades cardíacas. Dado que se necesitan más camas para los pacientes con COVID-19 en las unidades de cuidados intensivos, algunas personas enfermas fueron trasladadas a Alemania. Si bien la situación del COVID-19 ha amenazado con abrumar al sistema de salud neerlandés este mes, una variante recién descubierta en Sudáfrica; Ómicron, se suma a una situación que ya es incómoda. Los crecientes temores de la nueva variante desencadenaron rápidamente prohibiciones de viaje a nivel mundial, donde los vuelos desde Sudáfrica y varios de sus países vecinos fueron prohibidos. En un vuelo llegado desde Sudáfrica al aeropuerto Schiphol de Ámsterdam, 61 pasajeros fueron positivos sobre un total de 600 arribos.