Las haciendas de la Península de Yucatán, embellecen una gran parte del paisaje arquitectónico y natural del sureste de México. Estas construcciones centenarias han recorrido un largo y complejo camino para llegar hasta el día de hoy, consiguiendo ser atractivos hospedajes de lujo y exclusividad para los visitantes.
Tras varios años de abandono y pérdida de parte de sus instalaciones, muchas están siendo rescatadas, considerándose hoy atractivas para el turismo local y extranjero, al ofrecer experiencias únicas donde historia y modernidad conviven en un mismo lugar. Un ejemplo es la Hacienda San Antonio Hool, que entre el siglo XVIII y XX transitó por un largo proceso de transformaciones, hasta convertirse en una de las más importantes de la región. El inmueble cuenta con 8 Máster suites, piscina, una capilla y su emblemática casa principal, que enamora a primera vista. Su arquitectura, considerada patrimonio cultural, alberga espacios que hoy también ofrecen la opción de realizar eventos como bodas, convenciones y muchas otras actividades que se enmarcan en escenarios versátiles y exclusivos.