Canadá está extendiendo la prohibición de viajes no esenciales con Estados Unidos y el resto del mundo hasta el 21 de julio, lo que provocó lógica frustración en las empresas.
El país está bajo la presión de la industria del turismo para aliviar la prohibición, que se impuso en marzo de 2020 para ayudar a contener la propagación del coronavirus y se ha renovado mensualmente desde entonces.
Pero el primer ministro Justin Trudeau se mantuvo firme y dijo que la frontera permanecería cerrada en gran medida hasta que el 75% de los canadienses hubiera recibido la primera dosis de una vacuna contra el coronavirus y el 20% haya recibido ambas inyecciones.
Aunque Trudeau dijo que Canadá básicamente había logrado el primer objetivo, los datos oficiales publicados después de que habló mostraron que el 73,4% había recibido su primer dosis. Solo el 5,5% de la población elegible ha recibido ambas vacunas.
“Incluso una persona completamente vacunada puede transmitir el COVID-19 a alguien que no esté vacunado”, dijo Trudeau a los periodistas, diciendo que Canadá necesitaba evitar “una nueva ola de la enfermedad”.
El cierre extendido de la frontera se produce cuando la provincia occidental de Alberta dió a conocer planes para reabrir por completo el 1 de julio, levantando prácticamente todas las restricciones de salud pública restantes, después de que el 70% de los habitantes de Alberta elegibles recibieran su primera dosis de vacunación.
La prohibición de viajar no afecta el comercio de bienes, pero las exportaciones totales de servicios en 2020 en comparación con 2019 cayeron un 17,7% y las importaciones de servicios se desplomaron un 24,0%, en parte debido a las restricciones fronterizas. Los servicios de viajes y transporte se vieron especialmente afectados.