A partir de esta semana, toda persona que quiera ingresar a los Estados Unidos por cruces terrestres o de ferry y no sea ciudadano estadounidense deberá estar completamente vacunado contra COVID-19, incluso si sus propósitos de viaje se consideran “esenciales”.
El cambio en la política fronteriza se anunció inicialmente en octubre y equipara las reglas para las entradas por tierra y agua a las reglas actuales para las llegadas internacionales por vía aérea, que también se anunciaron en octubre y entraron en vigor el 8 de noviembre de 2021. Los extranjeros deberán certificar que están completamente vacunados y poder demostrar que han recibido una vacuna aprobada por el CDC, además de documentos que cumplan con la Iniciativa de Viajes del Hemisferio Occidental (WHTI), “como un pasaporte válido, una tarjeta del Programa de Viajeros de Confianza o una Tarjeta Tribal Mejorada”. Los ciudadanos y residentes de los Estados Unidos, deberán presentar una prueba negativa tomada no más de un día antes de abordar su vuelo. Quienes han contraído COVID-19 en los últimos 90 días pueden proporcionar documentación de recuperación en lugar de los resultados de las pruebas, junto con “una carta de un proveedor de atención médica con licencia o un funcionario de salud pública que indique que fue autorizado para viajar”, explica el sitio web del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).