Desde el pasado 28 de diciembre, las autoridades japonesas anunciaron que las fronteras del país estarán cerradas a todos los visitantes extranjeros hasta finales de enero, después de una nueva cepa de la COVID-19.
El virus se encontró en ciudadanos extranjeros que habían llegado desde el Reino Unido. Las medidas anunciadas son las restricciones más severas hasta ahora instituidas en respuesta a la nueva amenaza de virus. Los ciudadanos japoneses y los extranjeros que viven en Japón aún podrán regresar al país, declararon fuentes del gobierno. Se confirmó que al menos cinco personas que llegaron desde Gran Bretaña están infectadas con la nueva cepa del virus.