La cuna del árbol de Navidad

La ciudad de Sélestat, ciudad francesa ubicada en Alsacia y cercana a Estrasburgo, se autoproclama como el lugar donde nació la tradición de adornar árboles para las fiestas navideñas.

Para fundamentar su reclamo, Sélestat se basa en registros históricos que datan del 21 de diciembre de 1521, cuando se asignó un presupuesto de cuatro schillings para proteger el bosque cercano, donde se encontraban los pinos municipales adornados para las festividades. Aunque la tradición del árbol de Navidad era común en el mundo germánico, la documentación escrita de Sélestat respalda su título como la cuna de esta costumbre.

La ciudad, que conserva su encanto renacentista y es hogar de la Biblioteca Humanista, se enorgullece de su legado histórico. La biblioteca alberga más de 2000 libros valiosos, incluyendo incunables, ediciones tempranas de la imprenta y manuscritos. Entre ellos se destaca una biblioteca latina fundada en 1542 y la donación de los libros de Beatus Rhenanus, un destacado humanista del siglo XVI nacido en Sélestat.

El evento central de las festividades en Sélestat es la muestra anual de árboles en la iglesia St. Georges. Aquí, los pinos se cuelgan por la punta de los arcos de la nave de la iglesia y se decoran de acuerdo con distintas épocas de la historia, ofreciendo a los visitantes un paseo temporal hasta el año 1521.

El profesor Sappinus, experto moderno en árboles de Navidad para niños, desempeña un papel destacado en las celebraciones, organizando actividades educativas en la cripta de Sainte Barbe.

Sélestat, parte de la red de “Christmas Cities”, celebra las festividades de manera completa y tradicional. La ciudad presenta un enorme pesebre, un mercado navideño con numerosos puestos que ofrecen productos y regalos, un buzón de Papá Noel para los niños, un mercado de pinos, conciertos, cantos de villancicos y una vigilia de Navidad en las iglesias. Además, cuenta con la presencia de San Nicolás, competidor de Papá Noel y fuente de inspiración para Santa Claus.

Esta pequeña ciudad se suma a la Christmas Exhibition del Santa Park de Rovaniemi, junto a otras seis ciudades y regiones con tradiciones navideñas específicas. En Sélestat, la Navidad es algo serio y, con suerte, también blanca, añadiendo el toque perfecto para que florezca el mejor espíritu navideño.

Adornos de cristal en República Checa

El cristal de Bohemia es famoso en todo el mundo, pero es menos conocido que también está en el origen de los adornos del árbol navideño. Se cuenta que en esa región, cuando los sopladores de vidrio desechaban algunas partes de su trabajo —especialmente las burbujas— las mujeres empezaron a venderlas como decoración en los mercadillos natalicios. Poco a poco ganaron popularidad y fueron transformándose con distintos colores y formas, a la vez que se hacían más pequeñas y livianas para colgarlas en las ramas de los árboles. Fue hacia 1870 cuando los talleres, ya mejor equipados, empezaron a incrementar la producción y exportarla hacia el resto de Europa. Con el tiempo, los adornos de los árboles navideños se modernizaron e incluyeron luces eléctricas, pero el encanto del cristal de Bohemia sigue presente en las típicas burbujas que siguen siendo la más tradicional de las decoraciones del árbol de Navidad.

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