La Navidad suiza combina tradiciones ancestrales con un ambiente festivo único, y ofrecea los viajeros latinoamericanos una experiencia inolvidable en el corazón de Europa.
Desde finales de noviembre, las ciudades suizas se engalanan con mercados navideños que ofrecen artesanías, gastronomía local y una atmósfera mágica, llena de luces titilantes y sabores especiados. En Zúrich, el mercado de la estación central —uno de los puntos principales de la ciudad— destaca por su imponente árbol decorado con cristales Swarovski. En Basilea, el mercado de Barfüsserplatz es reconocido por su ambiente acogedor y productos artesanales. Estos mercados son ideales para degustar especialidades como el glühwein (vino caliente especiado) y la raclette (queso fundido servido con pan o papas).
En Suiza, la figura de Papá Noel, conocida localmente como “Samichlaus”, hace su aparición el 6 de diciembre durante la celebración del “Samichlaus Abend” o “Noche de Samichlaus”. Vestido con una capa roja con capucha y una túnica larga, Samichlaus se asemeja a una versión anciana de Caperucita Roja. A diferencia de la tradición anglosajona que sitúa a Papá Noel en el Polo Norte, Samichlaus proviene de un bosque cercano y llega al pueblo acompañado de un burro, sin renos voladores. Trae consigo una bolsa llena de golosinas para los niños, marcando el inicio de la temporada navideña.
Samichlaus no llega solo; lo acompaña “Schmutzli”, cuyo nombre significa “pequeño sucio”. Este personaje misterioso viste una capa oscura con capucha que oculta su rostro. Tradicionalmente, Schmutzli se encarga de “castigar” a los niños desobedientes con una escoba hecha de ramas, aunque hoy en día esta práctica se realiza de manera lúdica. Juntos, Samichlaus y Schmutzli recorren el pueblo, a menudo con un burro o un carrito de mano para transportar las golosinas. Samichlaus conversa con los niños sobre su comportamiento durante el año y los anima a mejorar en el futuro. Luego, entregan dulces tradicionales como “lebkuchen” (pan de jengibre), chocolates, maníes, mandarinas y el “grittibänz”, un pancito en forma de hombrecito esencial en esta tradición.
Más tradiciones navideñas suizas
-Klausjagen en Küssnacht: el 5 de diciembre, la ciudad de Küssnacht —cerca de Lucerna— celebra el Klausjagen o “caza de San Nicolás”, una procesión nocturna donde los participantes portan enormes sombreros iluminados llamados “Iffelen” y hacen sonar campanas y látigos para ahuyentar a los espíritus malignos.
-Escalada de Ginebra: en la región francófona, se celebra la “Escalade” en diciembre, con desfiles y disfraces que conmemoran la defensa de la ciudad en 1602. Las familias disfrutan de la “marmite en chocolat”, una olla de chocolate rellena de mazapán y verduras de mazapán, que se rompe en una ceremonia simbólica.
-El 24 de diciembre, conocido como “Heiliger Abend” o Nochebuena, se celebra según las tradiciones de cada pueblo y valle, estrechamente vinculadas a las creencias religiosas de la comunidad. En el siglo XVI, durante la Reforma, muchas aldeas suizas adoptaron creencias católicas o reformadas, lo que influye en las tradiciones navideñas actuales. El árbol de Navidad, a menudo recién cortado, se mantiene oculto hasta después de la cena y se revela tras una comida festiva en Nochebuena, adornado con manzanas, campanas, copos de nieve y galletas de azúcar en formas festivas. Se relata la historia del Nacimiento y la familia canta el villancico alpino “Stille Nacht” (Noche de paz), originario de la vecina Austria.
– Silvesterchlausen en Appenzell: en la región germanófona, una de las más tradicionales y conservadoras de Suiza, el 13 de enero se celebra el “Silvesterchlausen”, donde grupos de hombres disfrazados recorren las aldeas cantando y deseando buena fortuna para el nuevo año.
Sabores de invierno
La cocina suiza ofrece delicias típicas durante la Navidad, empezando por dos de sus platos más emblemáticos: la fondue y la raclette, los dos a base de queso fundido, ya que las regiones montañosas de Suiza son célebres por sus quesos y productos lácteos. Para la hora dulce, las galletas navideñas son otro imperdible que hace al espíritu de la temporada. Las variedades más populares en esta época son las Mailänderli (galletas de manteca) y las Zimtsterne (galletas de canela). Y para la Nochebuena, en la Suiza francófona la gran especialidad es la Bûche de Noël, o “tronco de Navidad”, un postre que toma la forma del tronco de un árbol, realizado con un suave bizcochuelo y crema de manteca. Simboliza el eterno renacimiento de las llamas en los troncos que las familias mantenían encendido durante el invierno en las regiones más frías de Europa.